El sendero

En una mirada mágica, 

bajos los grandes árboles de eternas primaveras

de algún lugar paradisiaco 

encontré los tersos ojos

que me supieron a gloria y ensueño.

La fecha fue extraviada entre tantos recuerdos de papel, 

mientras mi corazón buscaba ajustarse

al ritmo  de tus espesos latidos.

De rondón me levante de mis costumbres sin sentido,

abandoné aquello tedioso y poco expresivo. 

Recuerdo lo risible

que me vi al caminar

 con tanta emoción encima

que parecía un  perrito tejiendo travesuras pueriles.

Con la frente con olor a deseos

 llegué hasta tus huellas recientes

me convertí por un minuto en espía de refilón

y busqué entre mi bitácora la herramienta para hablarte

sin embargo mi banco de ideas se vio en bancarrota:

¡mi pensamiento se había congelado!

cual sorbo de jugo frio que al cerebro dormita.

Sin nada que pudiera extenderte,

nada  vivo que fundiera en ti  una sonrisa,

me vi sin manos, ni pies ni voz amiga.

Guarde un silencio madrigal.

Solo alcancé a ver  como de mí te alejabas,

no fue fácil quedarme con esa sed de comunicarme.

Me sentí incompleto cuando te alejabas

con mi corazón colgado en tu cabello.

La esperanza que provocaste en mis sentidos

me motivó a buscar un nuevo sendero,

Para bendición estelar

nació en mí la poesía 

para amarte a fuego, a letras y a cielo.

Así, como inspiración tus ojos

voy caminando

por un sendero poeta,

hasta llegar a donde te encuentres.

Tomé varios caminos y cuál fue mi asombro,

que todos los caminos me conducían a ti.