Vacilante como jinete,
vehemente cual enardecida tormenta en Guatemala,
van y vienes las pulsaciones de un reloj eterno
sumido en el fondo lejano de mis ojos.
un segundo se advierte perezoso,
llama a la lucha oxigenada de las horas,
cuando el estrepito luminoso rompe el silencio nocturno.
Ha llamado el calendario mordazmente
pausando, chocando, con voluntad y denuedo,
buscando lo ajeno y llamativo,
lo cordial y escondido
por debajo de la alfombra roja de la sangre.
¿Donde se quedaron ocultos los tesoros sentimentales?
¿acaso fueron tan bien reservados
que cuya ubicación se ha olvidado?
El corazón más hermoso
es simple,
afable,
fielmente placentero,
sin necesidad de ocultar los mares,
ni los sueños
ni las palabras
porque acuña belleza eterna
y melodía cristalina para el mundo.
sin secretos vestido
el corazón de oro razonable
brilla más fuerte que la multitud
y el universo entero.
hahahah ta xiile ezzooo...
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